Consejos y Cuidados para el Cuidador

Cuidarse para poder atender a otros 

Ser cuidador, significa ser responsables de otros y esto conlleva un esfuerzo añadido a nuestro ritmo de vida ya que con ello afecta a la perdida de la propia autonomía.
El cuidador se implica en los cuidados del enfermo desde su alimentación, vestido, seguridad, medicación y los aspectos vitales del mismo .
Sus esfuerzos están destinados por y para el Enfermo y en ellos invierten desde los recursos personales, emocionales y físicos hasta económicos .
La sobrecarga física que supone la dedicación al enfermo debe saberse gestionar, para evitar en lo posible daños al cuidador, ya que se desconoce el tiempo que realizará dichos cuidados .

PAUTAS PARA CUIDAR AL CUIDADOR

Evitar aislarse, seguir en contacto con su entorno y acudir a los actos sociales posibles.
Comunicar sus emociones de una forma libre sin temor. 
Pedir ayuda si así lo necesita y ser consciente de los propios límites y por ello no sentirte culpable.
Delegar tareas y pedir a otras personas que se ocupen de ellas. 
Utilizar los recursos profesionales existentes como respiro familiar. 
Ordenar los cuidados de la persona atendida con horarios en comida y descanso para así buscar huecos para el cuidador. 
Priorizar lo urgente de lo que no es. 
Vigilar y provocar periodos de descanso.
Cuidar la alimentación manteniendo una dieta rica en frutas y verduras así como la ingesta de proteínas. 
Visitar a su médico de familia con regularidad. 

Señales de alarma 

Visite al médico si nota el cuidador o su entorno los siguientes síntomas :
Cansancio, dolores musculares, palpitaciones, abandono de su aspecto físico. 
Tristeza, sentimientos de culpa, irritabilidad, pérdida de memoria.
Soledad y sentimiento de aislamiento. 

Relaciones entre el enfermo y el cuidador o su entorno 

La comunicación es esencial para la persona dependiente ya que evita el aislamiento y le ayuda a su tranquilidad .

Es bueno hacer que la persona participe en la conversación escuchándola con atención.

Darle tiempo a expresarse aunque tarde en ello. 

Para ello es importante hacer preguntas ordenadas y esperar sus respuestas. 

Hablar despacio y con tranquilidad, transmitirá seguridad y por tanto será un incentivo para seguir comunicándose. 

Provocar recuerdos con fotografías así como música o canciones.

Acariciar sus manos o cara para que se sienta apoyado en las emociones que puedan surgir en la evocación de los recuerdos.



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